Exposicón de Hidalgo Insurgentes: Victorias y Derrotas
Introducción
La insurrección acaudillada por Miguel Hidalgo y Costilla en 1810 constituyó el inicio de un proceso de ruptura con el orden colonial. Egresado del Seminario de San Nicolás de Valladolid, fue entusiasta lector del enciclopedismo francés, temática que acaparó los volúmenes de su biblioteca y condicionó su pensamiento y actitud con miras en la transformación política y social de la Nueva España.
Promotor de tertulias literarias, utilizó estos foros como centros de conspiración, en especial la de Querétaro. Denunciado este centro a las autoridades políticas y eclesiásticas, obligó a sus participantes a encender la mecha de la insurrección armada en la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Hidalgo integró su ejército con elementos procedentes de las minas, del campo y la plebe de los pueblos y ciudades.
Tanto en los mandos superiores como en los subalternos las habilidades militares para la conducción de tropas y ejecución de operaciones fue limitada. No obstante, respaldado en lo militar por Ignacio Allende, Hidalgo, sosteniendo un estandarte de la Virgen de Guadalupe, inició una escalada de victorias militares.
Después de someter Celaya, Salamanca, Irapuato y Silao, tomó por asalto la ciudad de Guanajuato para seguir hacia la ciudad de México, acción esta última que no se concretó. Exceptuando Aculco en donde sufrió su primera derrota, el caudillo, sorteando numerosas vicisitudes pudo conducir al movimiento en forma victoriosa, y en el breve tiempo que duró el mando del ejército logró resquebrajar la infraestructura económica y las instituciones del virreinato.
Refugiado en Guadalajara por invitación del insurgente José Antonio Torres, Hidalgo pudo realizar un primer intento de organización política y decretar medidas de justicia social a favor de los campesinos, población indígena y afroamericana. El virrey Venegas inició entonces una ofensiva de condenación y descrédito contra la insurgencia a través de la Gaceta de Gobierno y otros impresos. Sin embargo, Hidalgo pudo contrarrestar la campaña emprendida por el virrey mediante El Despertador Americano, primer periódico de la insurgencia.
La cercanía de Calleja a Guadalajara provocó la fortificación del ejército de Hidalgo en el puente de Calderón. Un accidente provocado por las fuerzas realistas ocasionó la gran derrota final: Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez fueron sorprendidos en Acatita de Baján, apresados, juzgados, sentenciados a muerte, ejecutados y exhibidas sus cabezas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas.